No Llores...


Con tu pelo lacio corto, tu ojos brillantes casi como dos estrellas fugaces te acercas mientras camino y yo recuerdo mis años de niñez, te quiero ver feliz, jugando con un balón, lejos de estas calles que dañan tu alma, que golpean tu cuerpo. ¿Cómo Dios puede dejarte aquí? Tendido en esta calle húmeda, alejado de la fotografía de tu madre, distante de la risa de tu hermana, en medio de suciedad, abuso y cansancio,… no llores, porque nada vale la pena, no camines más que debes estar cansado, mejor sentémonos aquí y déjame secarte esas lagrimas de cristal que ensombrecen tu mirada despierta, tu rostro tierno de ocho años.

Nada vale la pena, no llores que no lo mereces,… déjame darte un abrazo, ¡tranquilo! que prometo que no tendrás más que intentar vender estas empanadas para saldar la cobardía de tu padre, que no te golpeará más ese muchacho, …no llores que hoy tu hermana te verá llegar limpio y con tu sonrisa serena, que podrás verla reír y sentirte alegre como cuando te abraza tu madre, …hoy cantaremos la canción que tanto te gusta y no tendrás que soportar las malas caras de la gente, hoy anotaremos tres goles y ganaremos el partido, pero ya no llores que tu voz doliente y quebrada no se escuchará más en esta empobrecida avenida,… déjame intentar peinarte, eres un niño con buena pinta, te perseguirán las chicas…. ¡eso! Sonríe como el hombre valiente que eres, que para tus lágrimas nada vale la pena, que tienes un corazón de león, una cara de ángel, una fuerza de mar… ¡tranquilo!...que tu llanto no se escuchará más.